Abr 19, 2024

Inmigrante mexicana crea un juego de lotería lleno de arte

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LOS ÁNGELES, CALIFORNIA. ESTADOS UNIDOS. — Si a Lety Prado le hubieran dicho que un día se iba a dedicar al arte y a difundir la cultura y tradiciones mexicanas, se hubiera echado a reír. Mucho más si hubiera sabido que iba a crear un juego de lotería muy artístico y original.

“No pensaba que pudiera haber un espacio para mi”, dice.

Pero impulsada por su hermana Claudia Pérez Prado, Lety encontró su espacio y hoy en día es una exitosa artista y empresaria cuyos trabajos promueven la cultura mexicana.

Ella dibuja y pinta en acrílico imágenes de Frida Kahlo, la muerte y otros símbolos mexicanos. Pero no solo se ha quedado en la producción de sus pinturas, sino que las ha trasladado a tazas, camisetas, litografías, portavasos de mosaicos, tarjetas, toallas, calcetines, frazadas y una increíble lotería de 54 piezas a la que le ha incorporado nuevos personajes muy mexicanos.

“Me da mucho orgullo lo que he logrado”, dice esta inmigrante mexicana.

Lety nació en la ciudad de México. Como a los seis años de edad, sus padres la trajeron a Los Ángeles donde creció y se formó.

“Ellos trabajaban en el Consulado de México en Los Ángeles en el área de pasaportes. Cuando les ofrecieron irse a trabajar a Sudamérica, decidieron quedarse aquí. De ser oficinistas con corbata y bien vestidos, pasaron a ser obreros y contratistas de la costura”, relata.

Así que Lety creció entre telas, botones y patrones de prendas de vestir.

“Mi madre me dejaba hacer lo que quería. Yo aprendí a coser, a hacer mis propios vestidos y creaciones”, dice.

Su sueño era ser diseñadora de modas aún cuando a su paso por la secundaria, algunos de sus maestros no tenían empacho en desanimarla de una manera muy cruel.

“Recuerdo que una maestra me dijo que yo iba a ser mesera”, agrega. No tiene nada de malo serlo, pero me lo dijo en un sentido negativo, que yo dije, jamás voy a serlo”.

Además, en la secundaria Lety dijo que fue víctima de racismo. “Asistí a la escuela en una época en que no podías hablar español porque tus compañeros aún siendo latinos, se burlaban de ti”.

Agrega que vivió situaciones tales como cuándo si alguien la escuchaba hablando español con alguna amiguita, se acercaba algún compañero y les decía: “¿por qué estás hablando español? Yo no hablo español. Nosotros somos americanos”. Luego no faltaban frases como “wet back” (espaldas mojadas) o “border brothers” (hermanos de la frontera)”.

Era tanto el acoso que ella prefería no escuchar música en español para no correr el riesgo de ser molestada. “Yo escuchaba mejor a Led Zeppelin y a otros artistas en inglés”.

Al terminar la secundaria se fue a Los Angeles Trade Technology College donde estudió diseño de modas y en la Universidad Estatal de California en Los Ángeles (CAl State Los Angeles) obtuvo una licenciatura en artes plásticas.

Ya con su título en la mano, Lety comenzó su carrera creando una empresa mediante la cual vendía sus diseños de camisetas a grandes tiendas, también fue diseñadora de vestuario para el cine.

Cuando a los 40 años decidió ser madre y vender su empresa para concentrarse en su maternidad, fue su hermana Claudia quien le aconsejó que hiciera su propio negocio basado en su talento para dibujar, enfocado en promover la cultura latina.

“Yo lo dudé porque dije a quién le va a interesar. Todavía tenía en mi mente el rechazo contra todo lo latino cuando crecía en Los Ángeles”, continuó. “Hasta un tipo con quien no quise salir, me dijo una vez, tú sabes que a cada hombre blanco le tocan seis latinas”.

Sin embargo, su hermana no dejaba de impulsarla. “Ella me dijo que al contrario era importante difundir la cultura mexicana entre los latinos jóvenes”, precisó.

A Lety le llevó cinco años crear y pintar los personajes de las barajas de la lotería. “Yo quité muchos e incluí nuevos personajes como los novios, los mariachis, los vestidos – típicos mexicanos -, el altar, la jovencita, la piñata, entre otros”.

Una vez que sus amigas empezaron a ver su trabajo, la impulsaron a venderlo. “Mis amigas afroamericanas Michelle y Tracey me motivaron mucho para que me lanzara como empresaria de mi arte”, sostiene. Pero también está muy agradecida con Andrea Santillana quien siempre la apoya para mejorar sus productos.

Con el apoyo de su hermana y sus amigas, hace seis años creó su tienda online Delilah. Al menos tres o cuatro veces al año, lleva sus creaciones a festivales de arte.

“La mayor satisfacción ha sido conocer más gente y promover la cultura mexicana entre los latinos que son tercera generación y nunca han ido a México”.

Lety dice que donde quiera que lleve su trabajo es muy apreciado por blancos, latinos y afroamericanos.

“Me reciben muy bien por todas partes de Los Ángeles. Solo tuve una mala experiencia en un barrio en el sureste de Los Ángeles a donde estuve por casi cuatro días en un festival. Me acuerdo de una muchacha latina muy bonita que iba con su hija y su esposo. Cuando le dijo al hombre que quería comprar algo de mi trabajo, éste le respondió de mala gana, qué no quieres ir a comer, no dejándole otra opción a la muchacha más que obedecerlo. Sentí que alguna veces las esposas no eran valoradas lo suficiente como para permitirles tomar sus propias decisiones”.

Las malas impresiones que tuvo en el lugar fueron borradas por una niña latina que iba con su madre.

“Las dos se acercaron a ver mi trabajo. ¿Quién hace esto? preguntó la mamá. Yo, le dije. Ella me miró muy sorprendida. Y le dijo a su pequeña hija, mira ves, te he dicho que tú todo lo puedes lograr si te lo propones. Si ella (la artista) puede hacer estas cosas, tú también puedes”, dice emocionada al revivir el momento.

A seis años de haber lanzado su negocio de arte, Lety afirma que su sueño es tener su propia galería de arte donde también otros artistas latinos puedan exhibir y vender su trabajo.

PUBLICADO EL 11/08/2019 /LA OPINIÓN)

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