Abr 25, 2024

Problemas inminentes con el gas natural

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06112015.LOS TIEMPOS. HUGO DEL GRANADO COSIO – La aguda caída de los precios del crudo ha desviado la atención de la problemática que enfrenta la producción de gas natural en Bolivia y en el exterior.


Si se analizan las variaciones de precios en los últimos meses especialmente en el Henry Hub que es un referente para la exportación de gas de Estados Unidos (EEUU) a México, se pueden observar variaciones muy pronunciadas en cortos plazos de tiempo. Hace una semana el precio cayó por debajo de 2 $us/MMBTU (Dólares por millón de BTU) en una muestra del fondo al que puede llegar. La mayoría de las empresas productoras, aun las más eficientes, no puede operar económicamente con precios tan bajos y no se vislumbra una recuperación apreciable en el corto plazo porque se prevé un invierno suave en el hemisferio norte. La razón: La abundancia a largo plazo de gas natural en todos los mercados.

La profusa producción de gas ha impulsado la búsqueda de mercados con precios más altos en ultramar y con ello se han multiplicado los proyectos de licuefacción para enviar gas en forma líquida (LNG-Gas Natural Licuado por sus siglas en inglés) al extremo de saturar también este mercado provocando la caída de sus precios y la cancelación de muchos proyectos similares. Sólo se están construyendo plantas que pueden operar con un punto de equilibrio de 6 a 8 $us/MMBTU, que son las plantas localizadas en Oceanía o África. En EEUU este punto es de 10 $us/MMBTU y en Australia es de 11 $us/MMBTU.

Así, los precios de LNG asiático cayeron en 67%, de 19,7 $us/MMBTU a solo 6,45 $us/MMBTU en la actualidad. Sin embargo, las perspectivas del gas natural en el balance energético mundial son prometedoras no sólo por su abundancia sino por ser menos contaminantes que el carbón y el petróleo.

El panorama descrito y su repercusión en el país deberían ser de mucha preocupación, porque el 50% de las exportaciones provienen del gas y porque se cree erróneamente que el problema de los precios bajos sólo se mantendrá en tanto persista la caída de los precios del petróleo. La actual crisis es mucho más complicada porque mientras las reservas mundiales de gas están en continua evolución, en Bolivia sucede lo contrario; porque los precios de exportación a Brasil no se volverán a repetir después del 2019 y porque todos los grandes campos productores, excepto Margarita, se encuentran en declinación.

El tema de las reservas es el más grave. La última certificación de reservas a diciembre de 2013 arrojaba un valor de 10,45 TCF’s, a la fecha y debido a la producción estas reservas se han reducido a 8,85 TCF’s, es decir por debajo de los niveles del 2009 y sólo existen estimaciones, sin certificar, de pequeños descubrimientos que no alcanzan para reponer las reservas consumidas. Pero además el consumo interno continuará en ascenso, debido a nuevos proyectos termoeléctricos, al cambio de matriz energética y a los proyectos de industrialización anunciados.

La única posibilidad de revertir esta tendencia es con nuevas y mayores inversiones en exploración. Por lo tanto la atención no debería estar dirigida a empresas de servicios, financieras o de provisión de materiales, como se ha anunciado sino a la búsqueda de empresas que estén dispuestas a invertir en exploración, para lo cual se tendría que cambiar el marco legal facilitando las condiciones de contratación. Sin embargo, el Gobierno tiene varios conflictos al respecto al extremo de no poder tratar la anunciada Ley de Incentivos. Para enfrentar la situación actual se tiene que ir más allá. Deberían estudiar la experiencia de Irán que está planteando nuevos y abiertos sistemas de contratación para alcanzar su meta de inversión en el sector petrolero de 100 billones de dólares, una vez que se levanten las sanciones impuestas. Los nuevos contratos “buy back” con rendimientos del 20% están superando los anteriores de producción compartida, porque saben que sólo así podrán superar el rezago en el que se encuentra.

Otro problema es el de los precios. El segundo trimestre del año en curso, los precios de venta tanto a Brasil como a Argentina, en promedio, ha estado sólo 9% por debajo de los precios de LNG y el triple de los precios en EEUU, por lo que es impensable que a futuro se vuelvan a firmar contratos indexados como los actuales. Independientemente de los precios del petróleo, los precios del gas de exportación serán bajos en el futuro previsible.

La situación se agrava al analizar la declinación de la producción de los grandes campos de gas, como San Alberto o Itau, con declinación anual mayor al 20% que está obligando a Repsol a perforar más pozos en Margarita- Huacaya, para garantizar la disponibilidad de gas exportable a Brasil. Este es un campo cuya producción estaba destinada hasta ahora a la exportación a Argentina.

El autor es ingeniero químico y petroquímico.

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