Analizan en libro el imaginario y necesidades de los Pueblos Mágicos
HERMOSILLO, SONORA. MX. — Estudiar a los Pueblos Mágicos de México en términos de saber a partir de los imaginarios de la gente, de sus propias comunidades lo que siente y percibe en relación con el turismo, es el propósito del libro Patrimonio cultural en los Pueblos Mágicos, obra editorial publicada por la Universidad de Sonora bajo la coordinación de los académicos Jesús Ángel Enríquez Acosta, Manuela Guillén Lugigo y Blanca Valenzuela.
El libro publicado en coedición con la Editorial Pearson Educación y el patrocinio de la Secretaría de Educación Pública, fue resultado del proceso de investigación colectiva de profesores que integran la Red Temática Ciudad, Turismo e Imaginarios.
Jesús Ángel Enríquez, académico del Departamento de Sociología y Administración Pública de esta casa de estudios, indicó que la red la conforman cuerpos académicos, integrada por profesores de diversas universidades mexicanas, articulada por el interés en la investigación sobre turismo, imaginarios y ciudades.
“Estamos hablando de una red de investigación autorizada y financiada por la Secretaría de Educación Pública. No pertenece a una institución en particular, sino a todas quienes participamos”, explicó.
Enseguida, informó que en el libro participaron investigadores de diversas universidades mexicanas interesados por explicar y comprender los procesos de turistificación de los denominados pueblos mágicos.
Enríquez Acosta mencionó que en la obra intervinieron docentes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad Autónoma de Guerrero, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, la Universidad de Guadalajara, la Universidad Autónoma de Sinaloa, la Universidad de Veracruzana y esta casa de estudios.
Señaló que entre las localidades abordadas en la investigación se incluyen El Fuerte y Cosalá, Sinaloa, Sebastián del Oeste, Jalisco, Tepoztlán, Morelos y Taxco, Guerrero, donde se hizo un trabajo exhaustivo tratando de conocer los procesos que se dieron en esas comunidades para recibir el distintivo de Pueblo Mágico por la Secretaría de Turismo.
En esa interacción y acercamiento a las localidades, dijo que vieron cómo éstas fueron remozadas, rehabilitadas y mejoradas en cuanto a su imagen urbana, todo con el fin de tratar de influir en que se detonara el turismo.
El trabajo, aseguró, no implicó solo la mirada del investigador, sino que hubo un esfuerzo testimonial –mediante entrevistas—con la gente de esas localidades para saber de viva voz su sentir sobre esa actividad.
“Aquí se trató de ver la participación de la gente haciendo suyo el programa y su involucramiento-integración en relación a la operación de esta estrategia”, indicó.
De esa forma, añadió, dijo que empezaron a conocer las cualidades, características y percepción del patrimonio del lugar en el entendido de que los pueblos mágicos valoran su historia, arquitectura, artesanías tradiciones, costumbres.
Problemas circundantes
“Ese proceso también implicó constatar que no todo era tranquilidad y confort para el turista, sino que tenía efectos circundantes; de esa forma nos interesamos en conocer más a detalle la situación a partir de los testimonios de los habitantes de esas poblaciones y cómo veían al turismo”, comentó.
La investigación, dijo, les dio información sobre la percepción de los pobladores del programa como algo ajeno, distante y que no era suyo, sino que se les imponía desde fuera, lo que generaba una inhibición de la participación de la comunidad.
“Se observó esa situación a pesar de que el objetivo del gobierno federal con esa estrategia es estimular la participación ciudadana mediante sus comités de pueblos mágicos con gente de la propia comunidad”, advirtió.
Sin embargo, señaló que en algunos casos encontraron críticas en cuanto a que las tomas de decisiones sólo correspondían a los gobiernos estatal y federal respecto a obras o en qué cosas se va a intervenir. “Es ahí cuando la gente decía que más bien les urgía tener agua o servicio de recolección de basura, viéndolo desde sus necesidades como ciudadanos”.
Enríquez Acosta afirmó que mientras el programa Pueblos Mágicos busca beneficiar al turista, sin embargo, éste puede generar un distanciamiento con la población.
“A veces el turista aprovecha la infraestructura existente como hotelería y diversas áreas para visitar, pero muchas ocasiones las empresas que otorgan esos servicios no requieren de trabajadores de las localidades, lo que genera algo de distanciamiento”, afirmó.
Tal situación, añadió, provoca que los jóvenes se vayan de sus pueblos por no encontrar trabajo en sus propias localidades en los servicios turísticos o actividades económicas que allí se realizan.
El académico universitario aseguró que Pueblos Mágicos es el programa de turismo más exitoso en México y se refleja en el ánimo e interés de muchas localidades para incorporarse a él.
En México, concluyó, se tienen a 32 localidades distinguidas como Pueblos Mágicos, estando dos de ellas en Sonora: Magdalena de Kino y Álamos.
(Publicada el 07/04/2022)
