Abr 28, 2024

Antuán tiene 4 años y pinta monstruos de colores: los peligros de la ruta migrante para los niños y las mujeres

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ESQUIPULAS, GUATEMALA — Antuán tiene 4 años. Acaba de colorear un monstruo con un creyón verde. No fue el primero que coloreó. Cuando Antuán llegó al Centro de Atención para Personas Migrantes y Refugiadas (CAPMIR) —a unos pasos de la frontera Aguas Calientes, entre Honduras y Guatemala— le dio vida a un monstruo color naranja, cuyo emocionómetro lo ubica como un monstruo frustrado. El verde representa la calma.

 

Mientras sus padres reciben asesoría para obtener refugio migratorio en Guatemala o información sobre el resto de la ruta migrante, Antuán y otros niños se divierten en una sala de juegos donde el mundo les es diferente: hay rompecabezas, colores, hojas de papel y frases que repiten “todos los sentimientos están bien”.

 

Lo primero que Antuán hizo al llegar al salón para niños fue hablar sobre sus emociones a través de los monstruos de colores. Luego se abrió a otras realidades y comenzó a dibujar la casa de sus sueños donde él es más grande que la casa y donde levitan corazones en el cielo.

El niño venezolano recién ha cruzado la selva del Darién —entre Colombia y Panamá— una ruta por la que pasan miles de migrantes desde el sur de América hacia Centroamérica. En los primeros seis meses de 2023, más de 40.000 niños y adolescentes cruzaron la selva, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

 

Para Daniela Gutiérrez, coordinadora regional adjunta del programa de protección a personas migrantes y desplazadas internas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en México y América Central, los flujos migratorios se han complejizado y cambiado en los últimos años.

“Antes, los flujos migratorios que atravesaban la región estaban compuestos principalmente por hombres adultos. Ahora vemos que los flujos migratorios están compuestos por un sinfín de perfiles como mujeres, mujeres embarazadas, personas adultas mayores, niños, niñas y adolescentes, algunos de ellos no acompañados”, dijo Gutiérrez en una entrevista con la Voz de América.

 

Antuán llegó a Guatemala con sus padres tras abandonar la escuela, sus amigos y la comunidad en la que vivía en Venezuela, país del que procede la mayoría de migrantes localizados en Guatemala. Entre enero y el 17 de septiembre de 2023, 15.170 migrantes fueron localizados en el país centroamericano, de estos 10.127 eran venezolanos.

 

Según UNICEF, los niños y adolescentes refugiados y migrantes, así́ como sus familias, se encuentran entre los grupos migrantes más vulnerables. En todo el mundo, este grupo representa el 15 % de la población migrante, pero en América Latina y el Caribe representa el 25 %.

 

Algunos de los principales peligros a los que se enfrentan las niñas, los niños y adolescentes migrantes son las enfermedades infecciosas, la inseguridad, la violencia sexual y de género, la xenofobia y la discriminación. Tras el poco o nulo acceso a agua potable o alimentos en buen estado, el grupo sufre de múltiples enfermedades.

 

Mujeres violentadas

A unos 10 kilómetros del refugio donde Antuán toma un respiro tras lo vivido en el tránsito por seis países, Mayeisy, de origen venezolano, toma un descanso frente a la basílica de Esquipulas, el primer pueblo de Guatemala que se encuentra cercano a la frontera con Honduras, y cuyo templo alberga la imagen del Cristo Negro, venerado en la mayor parte de Centroamérica y el sur de México.

 

La mujer viaja hacia Estados Unidos con sus dos hijos, una adolescente de 16 años y un menor de 3. La adolescente va, además, con un bebé de siete meses. Al igual que los niños, las mujeres son otro de los perfiles migrantes con sus propias vulnerabilidades.

 

“Las mujeres inmigrantes que atraviesan la selva del Darién se ven expuestas a múltiples formas de violencia, incluida la violencia sexual. Lastimosamente en esta región en particular operan grupos dedicados a la criminalidad organizada que extorsionan a las personas inmigrantes y cometen actos inclusive de violencia sexual», explicó a la VOA Edwin Viales, representante del programa Missing Migrants Project de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe.

 

Según datos de la OIM, un número cada vez mayor de mujeres está migrando de manera independiente en Centroamérica y el Caribe. Las mujeres representan el 58,9 % de las personas migrantes desde los países del Caribe y el 50,3 % desde Centroamérica.

 

La violencia, desde luego, no es algo a lo que las mujeres se enfrentan únicamente durante la ruta migrante. A las causas de la migración hay que sumarle la violencia y la persecución que sufren en sus países de origen, según un monitoreo de Movimientos Mixtos en Guatemala elaborado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

 

 

Mayeisy llegó a Guatemala desde Ecuador, país en el que vivió algunos años. “A los venezolanos no nos quieren ahí. Era demasiado lo que nos discriminaban. Mataron al alcalde de Manta y dijeron que fueron venezolanos los que lo hicieron. Desde ese día decidí salir”, relata.

 

El 23 de julio, Agustín Intriago, alcalde de Manta, una ciudad de la costa ecuatoriana, fue asesinado en un ataque armado. Esta fue la causa por la que Mayeisy huyó de Ecuador.

 

Migrantes nicaragüenses en territorio de Costa Rica esperando transporte público para trasladarse a San José. [Foto: Óscar Navarrete, La Prensa / VOA]

Otras mujeres son sometidas a violencia intrafamiliar en su tránsito hacia Estados Unidos. Byron Zúñiga, psicólogo de Médicos del Mundo, quien se halla en el CAPMIR atendiendo migrantes que se acercan al refugio, le explicó a la VOA que durante el viaje hay mujeres migrantes que sufren violencia por parte de la pareja que va en la ruta con ellas.

 

«Aquí en el refugio hemos recibido esos casos. Hubo un caso reciente en que le brindamos asesoría, pero la persona dijo que pediría protección en México y continuó la ruta con su agresor”, explicó.

 

La violencia física y sexual, sumada a la violencia intrafamiliar, son los casos más comunes de mujeres migrantes que llegan a estos refugios. En agosto, el CAPMIR conoció de dos casos de abuso los cuales fueron atendidos en coordinación con las autoridades de Guatemala. Algunos casos logran ser atendidos, pero en otros las víctimas prefieren continuar pese al riesgo.

Fecha de publicación miércoles 27 de septiembre de 2023 / VOA

 

 

 

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