Cierre presupuestario al estilo estadounidense

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS DEL NORTE DE AMÉRICA. — Estados Unidos ha entrado oficialmente en su 16° cierre presupuestario desde 1981, es decir, desde la elección de Ronald Reagan.
Wall Street empieza a mostrar signos de inquietud tras haber fingido indiferencia desde el inicio de la semana. Pero el impacto sigue siendo limitado por ahora, ya que los mercados se han acostumbrado a este tipo de situaciones, especialmente cuando los ultimátums y las luchas de poder forman parte habitual del teatro político en Washington.
Desde la medianoche en la capital estadounidense, el país opera en modo degradado. Republicanos y demócratas no lograron alcanzar un acuerdo, lo que ha provocado la suspensión forzosa de 750,000 empleados federales y, como efecto colateral, el cierre de ciertos servicios de la administración.
Hasta ahora, la reacción de los mercados financieros ha sido contenida, sin distinciones notables entre clases de activos.
Las acciones venían de tres sesiones consecutivas de alzas moderadas. Los bonos se mantienen estables cerca de sus niveles recientes.
El dólar fluctúa dentro de márgenes relativamente estrechos frente a las principales divisas. Por su parte, el oro sigue encadenando máximos, comportándose como una suerte de seguro universal desde hace meses, si no desde tiempos inmemoriales.
Por su parte, el oro sigue encadenando máximos, comportándose como una suerte de seguro universal desde hace meses, si no desde tiempos inmemoriales. Un comportamiento casi desconectado de la realidad, considerando todos los demás factores que están impulsando los precios al alza.
Esta mañana, tras el anuncio oficial del bloqueo presupuestario, los principales indicadores de Wall Street reaccionaron con pérdidas: los futuros cayeron más que en días anteriores.
Un cierre gubernamental no es un hecho excepcional (ha ocurrido 15 veces desde 1981), pero tampoco es un detalle menor. Algunos observadores se preguntan si la Casa Blanca aprovechará estos paros forzosos para reactivar los recortes impulsados por el Departamento de Gestión y Presupuesto al inicio del primer mandato de Donald Trump.
La experiencia indica que los mercados financieros terminan adaptándose, salvo que se produzca un descontrol importante.
Por ahora, el desempeño bursátil en 2025 sigue siendo muy positivo. Incluso el clásico escollo de septiembre fue sorteado con relativa facilidad, como lo demuestran las cifras recopiladas esta mañana, pese a cierta niebla mental:
Stoxx Europe 600: +1.46% en septiembre y tercer mes consecutivo de avance,
S&P 500: +3.5% en septiembre y quinto mes consecutivo de subidas,
Japón: +5% en septiembre y sexto mes seguido al alza,
MSCI de mercados emergentes: +7% en septiembre y noveno mes consecutivo de ganancias, la mejor racha alcista desde 2003, según mis observaciones algo dispersas.
Estos datos confirman que Europa avanza con algo de retraso y que los mercados emergentes mantienen el liderazgo, en línea con tendencias recientes. El mecanismo que los impulsa es bastante clásico: la caída del dólar les favorece en múltiples frentes (endeudamiento, atractivo, exportaciones, entre otros).
Decir que los próximos días serán volátiles resulta casi una obviedad, dada la perturbación que genera el cierre presupuestario.
A esto se suma el compás de espera antes de los resultados del tercer trimestre, que comenzarán en masa el lunes 13 de octubre con los grandes bancos estadounidenses y varias empresas industriales emblemáticas. El cierre de algunos servicios federales también podría afectar la publicación de estadísticas clave para la política monetaria. Probablemente esto ocurra con el informe mensual de empleo previsto inicialmente para este viernes.
Su posible ausencia podría inquietar a los inversores, ya que el deterioro del mercado laboral se ha convertido en el principal argumento de la Reserva Federal para justificar recortes de tasas, y estas bajadas son, a su vez, el argumento central de muchos otros movimientos en el ámbito financiero.
En otro orden de cosas y siguiendo con los datos económicos, la Casa Blanca canceló el nombramiento del economista conservador EJ Antoni como director de la Oficina de Estadísticas Laborales.
Su designación no contaba con el apoyo unánime ni siquiera dentro del Partido Republicano, aunque no se ofreció ninguna explicación oficial.
En India, el banco central mantuvo su tasa clave sin cambios en 5.5%, tal como se esperaba. Además, el RBI redujo su previsión de inflación y elevó su estimación de crecimiento para 2026. Europa, por su parte, espera las cifras preliminares de inflación de septiembre, con un consenso del 2.2% interanual (2.3% para la inflación subyacente).
En Asia-Pacífico, el cierre presupuestario estadounidense no ha causado demasiada inquietud. Tokio registra un ligero retroceso del 0.8%.
Un importante medio señalaba esta mañana que los inversores japoneses «optaron por tomar beneficios tras la reciente subida», una forma de admitir que no hay una razón clara para la baja.
Australia pierde un 0.2%, mientras que otros mercados muestran avances. Corea del Sur y Taiwán suben alrededor de 1%, e India gana un 0.5%. Europa se muestra más dubitativa, lastrada por el deterioro de los indicadores adelantados en Estados Unidos.
PUBLICADO EL 01 DE OCTUBRE DE 2025 Con información de Romain Fournier)