Nov 27, 2025

Drones rusos operan sin oposición en Moldavia y Rumania

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dron ruso

Esta foto, difundida el 25.11.2025 por la policía moldava, muestra un dron en el techo de una casa en Cuhureștii de Jos, en el norte de Moldavia. Imagen: Moldova Police/Handout/AP Photo/picture alliance

Los habitantes del pequeño pueblo quedaron impactados. La mañana del martes (25.12.2025), un dron ruso cayó dentro de un predio agrícola en la aldea de Puiesti, a 50 kilómetros de la frontera entre Rumania y la República de Moldavia. El dueño del campo, aún aturdido, contó a medios locales que estaba en su casa con la familia cuando escuchó un estruendo: el artefacto se estrelló contra un árbol. Otros vecinos también expresaron su desconcierto ante la prensa rumana; algunos dijeron temer una guerra y aseguraron que ya estaban «listos para hacer las valijas».

 

Casi al mismo tiempo, otro dron ruso impactó contra el techo de un edificio auxiliar en Cuhurestii de Jos, un poblado moldavo situado a 15 kilómetros de la frontera ucraniana. Los residentes estaban igualmente asustados. «Una se levanta sin saber qué va a pasar», dijo una mujer mayor al canal moldavo JurnalTV.

 

El miedo no se limitó a las dos aldeas. Tanto en Moldavia como en Rumania se instaló una sensación de alarma y desconcierto. Ese martes, ambos países sufrieron las violaciones de espacio aéreo más graves perpetradas por Rusia desde el inicio de la invasión a gran escala contra Ucrania. Durante el ataque masivo de drones y misiles contra territorio ucraniano, seis drones rusos ingresaron al espacio aéreo moldavo, incluido el que terminó cayendo en Cuhurestii de Jos.

 

En Rumania, la aeronave que cayó en Puiesti aparentemente permaneció durante horas en el espacio aéreo nacional, trazando un amplio recorrido sobre el este del país. En varios distritos, los habitantes recibieron alertas en sus celulares.

¿Accidente o provocación?

Moldavia, prácticamente indefensa en términos militares, no cuenta con un sistema eficaz para derribar drones. Rumania, en cambio, sí: cuatro aviones de combate de la OTAN – dos de ellos con pilotos alemanes – despegaron para interceptar el dron, pero lo perdieron de vista en repetidas ocasiones y dudaron en abrir fuego.

 

Ninguno de los dos drones llevaba explosivos. En ataques rusos contra Ucrania suelen emplearse para confundir a la defensa aérea o para tareas de reconocimiento. Sin embargo, las trayectorias de los aparatos que ingresaron a Moldavia y Rumania sugieren que Moscú los dirigió deliberadamente hacia esos territorios. Habrían partido desde Crimea, cruzado el mar Negro, el delta del Danubio y luego sobrevolado el sur y centro moldavo y el este rumano.

Violaciones reiteradas

En Moldavia, el embajador ruso fue citado ese mismo martes. En Rumania, por ahora no hubo reacción oficial, aunque el diplomático ruso ha sido convocado en numerosas ocasiones por incidentes similares, la última a mediados de noviembre, cuando funcionarios rumanos incluso le mostraron restos de un dron ruso caído en su territorio.

 

Las violaciones rusas al espacio aéreo de Moldavia y Rumania se han repetido decenas de veces en los últimos años. En territorio rumano hubo incluso explosiones: la más reciente, el 4 de noviembre, cuando un dron ruso detonó cerca del punto donde convergen Moldavia, Ucrania y Rumania, a unos diez kilómetros de la ciudad de Galati.

 

A comienzos de la semana pasada, los habitantes de Plauru, en el delta del Danubio, debieron ser evacuados después de que una aeronave rusa incendiara un barco cisterna con gas licuado en el puerto ucraniano de Ismajil, a apenas 250 metros de la orilla rumana.

 

Una guerra que se vuelve rutina

En Moldavia y Rumania, la guerra rusa contra Ucrania se ha infiltrado en la vida cotidiana. En Rumania, en particular, crece la pregunta sobre qué más debe ocurrir para que el Gobierno y las fuerzas de la OTAN estacionadas en el país actúen con mayor firmeza. No es un detalle menor: la mayor base aérea de la OTAN en el sureste de Europa se encuentra cerca de Constanza, sobre el mar Negro.

 

«La situación es incomprensible», opinó un presentador del canal Digi24. «Las reglas para derribar drones ya existen, las órdenes están dadas, los militares tienen luz verde… y aun así no derribaron este dron».

 

El ministro de Defensa, Ionut Mosteanu, habitual partidario de Kiev, se mostró incómodo al explicar la situación: «No estamos en guerra», dijo. «No podemos disparar sin pensar en las consecuencias».

 

«Un paseo para drones rusos»

En febrero de 2025, el Parlamento rumano aprobó una reforma legal que autoriza derribar drones en su espacio aéreo, algo que antes no estaba permitido. La norma entró en vigor en mayo. Pero desde entonces, ninguna aeronave rusa ha sido abatida.

 

El presidente rumano, Nicusor Dan, no lo ve como un problema. El miércoles (26.11.), ofreció una explicación que desconcertó a muchos: «Todos estos drones que entran ocasionalmente en nuestro territorio son accidentes», afirmó. Según él, situaciones similares ocurren en otros puntos de Europa. «Se trata de fallas técnicas». No aclaró a qué se refería.

 

Muy distinta fue la reacción del expresidente Traian Basescu, conocido por su tono firme frente a Moscú durante su mandato (2004-2014). En Digi24 declaró: «Un país que se respeta no permite que su espacio aéreo se convierta en un paseo para drones rusos».

Fecha de publicación  jueves 27 de noviembre de 2025/DW

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