Oct 23, 2025

Empresa de Houston, coludida con el ‘CJNG’ en el ‘huachicol’ fiscal

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contrabando fiscaol desde Houston-min

La empresa Ikon Midstream, con sede en Houston, ha jugado un papel clave en operaciones para que la compañía Intanza, con base en Monterrey, y que se cree es fachada del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ingresara combustible de contrabando a México.

 

 

La importación ilegal de combustible y el crudo robado se han convertido en la mayor fuente de ingresos no relacionados con el narcotráfico para los carteles mexicanos, que aprovechan las lagunas legales y gozan de apoyos de empresas de Estados Unidos y funcionarios de México, con el empleo de entidades fantasmas, documentación falsa y sobornos.

 

 

A continuación, parte de un reportaje especial de Reuters, que documenta que el CJNG es la única organización criminal que saltó del uso de camiones y trenes a embarcaciones. El texto completo se puede leer en https://shorturl.at/kD2s2

 

 

En la tarde del 8 de marzo, un buque petrolero llamado Torm Agnes ingresó al puerto de Ensenada, en la costa del Pacífico de México, transportando casi 120 mil barriles de diésel.

 

 

Un buque así era poco común en ese muelle, que acoge principalmente cruceros, yates de lujo y portacontenedores. Ensenada carece de la infraestructura necesaria para descargar hidrocarburos inflamables de forma segura, lo que lo hacía aún más extraño el acontecimiento.

 

 

Intempestivamente, oleadas de camiones llegaron al muelle para llevarse gran parte de la carga del Torm Agnes. Los trabajadores se apresuraron a llenar las enormes pipas, hasta seis a la vez, usando mangueras que salían de una más grande fijada al buque.

 

 

La audaz maniobra fue orquestada por contrabandistas vinculados con un cártel, parte de una ola de criminales que revolucionaron el mercado de combustibles de México. La estrategia consiste en inundar el mercado local con energéticos a bajo precio obtenidos principalmente de Estados Unidos y que se disfrazan en las declaraciones aduaneras como otra cosa.

 

 

Los delincuentes mexicanos no actuaron solos. Una empresa de Houston llamada Ikon Midstream jugó un papel clave en la operación multimillonaria.

 

 

La firma estadunidense compró el diésel en Canadá, declaró en la documentación que se trataba de lubricantes y alquiló el buque para entregarlo a un cliente que, según las autoridades mexicanas, es una fachada de uno de los cárteles más grandes y violentos del país.

 

 

Ikon Midstream y su director ejecutivo, Rhett Kenagy, no respondieron a las múltiples solicitudes de comentarios realizados por Reuters. El abogado Joseph O. Slovacek, quien representa a la compañía y a Kenagy, indicó en un correo electrónico fechado el 18 de octubre que esta agencia “dejara de contactar a sus clientes. ¡Nadie hablará con su reportero!”, escribió Slovacek.

 

 

La firma Torm, con sede en Dinamarca y gestora de una de las flotas de petroleros más grandes del mundo, tiene entre sus propiedades el Torm Agnes. Señaló que dejó de operar con Ikon Midstream semanas después del incidente de Ensenada.

 

 

Diversificación

 

Las drogas siguen siendo la principal fuente de ingresos de los cárteles mexicanos. Sin embargo, el combustible ilegal y el petróleo crudo robado se han convertido en su mayor fuente de ingresos no relacionados con el narcotráfico, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

 

 

Algunos funcionarios estadunidenses han empezado a denominar a los buques que transportan combustible ilegal “flota oscura”, término que se asocia con mayor frecuencia al transporte ilícito de petróleo crudo ruso o iraní diseñado para evadir sanciones.

 

 

El contrabando de combustible ha crecido tan rápido que las importaciones ilegales representan ahora hasta un tercio del mercado mexicano de diésel y gasolina, apropiándose de las ganancias de algunas de las empresas petroleras más importantes.

 

 

El combustible que ingresa cada año al país de forma irregular está valorado en más de 20 mil millones de dólares.

 

 

En México, ese contrabando ha desatado un escándalo que sacude a la Secretaría de Marina, entidad que gestiona los puertos.

 

 

Para desentrañar los entresijos del contrabando de combustible a México –conocido localmente como huachicol fiscal–, Reuters entrevistó a más de 50 personas con conocimiento del asunto, entre ellas, cinco personas con experiencia en cargamentos ilícitos, agentes del orden mexicanos y estadunidenses, ejecutivos y ex ejecutivos de la industria petrolera en ambos países, así como comercializadores de productos petroleros y especialistas en cumplimiento normativo.

 

 

Reuters es la primera agencia en publicar un relato completo del viaje del Torm Agnes, desde su embarque en Canadá hasta su descarga en Ensenada y luego en Guaymas, de donde se retiró apresuradamente.

 

 

Según las autoridades, los cárteles cuentan con la ayuda de actores estadunidenses que facilitan la adquisición y el transporte de los productos, algunos sin saberlo, otros participando activamente. El senador estatal de Texas Juan Hinojosa aseguró que “los carteles se han infiltrado en muchos negocios legítimos en la frontera y más al norte”.

 

 

El esquema de contrabando de combustibles se reduce en gran medida a una lucrativa evasión fiscal. México aplica un impuesto conocido como IEPS a varios productos, incluyendo el diésel y la gasolina importados.

 

 

México es un importante productor de petróleo crudo, pero importa estos combustibles porque sus antiguas refinerías no pueden satisfacer la demanda local. Los delincuentes evaden el impuesto, que se cobra por litro y que a menudo es de más de 50 por ciento del valor de la carga, declarando que el combustible extranjero es otro tipo de producto petrolífero exento del impuesto.

 

 

Funcionarios estadunidenses y mexicanos coinciden en que los contrabandistas generalmente usan empresas fantasmas y documentos de carga falsificados para cubrir sus huellas, y pagan sobornos a funcionarios portuarios y aduaneros corruptos para que sus cargas pasen.

 

 

 

El diésel de contrabando se vende con descuento en el mercado mexicano a miles de gasolineras.

 

 

Los cárteles también roban combustible y crudo directamente de Pemex y venden una parte en Estados Unidos, con la ayuda de importadores corruptos que comercializan la mercancía a precios más bajos que los productores estadunidenses, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

 

 

Otras compañías petroleras también están sufriendo las consecuencias. En mayo, la multinacional británica Shell confirmó la venta de su negocio minorista de combustibles en México. Esta salida se debió en parte a las dificultades para competir con el combustible narco, más económico, informaron a Reuters cinco fuentes de Shell.

 

 

El Torm Agnes, con bandera danesa, fue uno de varios petroleros que en los años recientes transportaron combustible, pero declararon su carga como lubricantes para evadir impuestos y controles aduaneros.

 

 

En el centro de ese acuerdo se encontraba una empresa estadunidense: Ikon Midstream, comercializadora de combustibles con sede en Houston. La compañía compró el diésel canadiense y contrató la nave Torm Agnes para que lo transportara a México.

 

 

Aquí, una empresa con sede en Monterrey llamada Intanza fue la receptora del cargamento del Torm Agnes, según registros portuarios mexicanos, así como una factura del envío de la empresa vista por la agencia de noticias Reuters.

 

 

Las autoridades mexicanas sospechan que Intanza es una empresa fachada del CJNG.

 

 

Intanza no tiene sitio web ni presencia en las redes sociales que Reuters haya podido identificar.

 

 

El nombre de Intanza volvió a surgir después de que las autoridades mexicanas detuvieron a otro buque, el Challenge Procyon, el 21 de marzo en Tampico, Tamaulipas.

 

 

El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Omar García Harfuch, declaró el 31 de marzo que se encontraron 10 millones de litros (unos 63 mil barriles) de diésel a bordo de Challenge Procyon.

 

 

Durante décadas, pequeños ladrones conocidos como huachicoleros han hurtado gasolina, diésel y petróleo crudo de Pemex.

 

 

El CJNG ha llevado la trama a un nuevo nivel y es el líder del contrabando de combustible y petróleo crudo, según fuentes de seguridad mexicanas y estadunidenses.

 

 

Las autoridades afirman que el CJNG ha establecido una formidable red de contrabando en Tamaulipas, justo al otro lado de la frontera con Texas.

 

 

Desde allí, dicen, envía a Estados Unidos petróleo crudo robado a Pemex, a la vez que importa del vecino del norte productos refinados. En esa tarea ilícita emplea camiones, trenes y buques. Añadieron que el CJNG es el único cártel que actualmente emplea buques.

 

 

El salto de camiones y trenes a buques refleja un grado de conocimiento de los negocios y un poder de inversión que está en una liga diferente a lo que había antes, subrayó Marisol Ochoa, experta en crimen organizado de la Universidad Iberoamericana en México.

 

 

“Tienes que tener una alta sofisticación y demasiadas redes y conexiones de operación logística” para ejecutar esa operación criminal.

 

 

PUBLICADO EL 23 DE OCTUBRE DE 2025 Con información de REUTERS)

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