Mar 28, 2024

En México «la lucha contra la corrupción sigue favoreciendo a AMLO»

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ALEMANIA. — Los escándalos y abusos cometidos por los Gobiernos del PRI y el PAN, siguen siendo una enorme factura política a favor de AMLO, asegura el periodista y escritor mexicano, Jorge Zepeda Patterson, en conversación con DW.

 

 

 

El caso de Genaro García Luna, detenido en Estados Unidos acusado por narcotráfico, muestra la dimensión que alcanza la corrupción política en México. Quien fuera el zar antidrogas del entonces presidente Felipe Calderón, estuvo en altos puestos del aparato de seguridad durante 22 años.

 

 

Según el periodista y escritor mexicano Jorge Zepeda Patterson (Mazatlán, México, 1952), el desenlace del caso podría provocar un tsunami político si surgen evidencias que impliquen a figuras de más altas esferas. El escritor afirma que todos estos escándalos que sorprenden a los mexicanos, unos dos veces al mes, se han convertido en una enorme factura favorable para el actual Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

Zepeda Patterson dirigió los periódicos Siglo 21, Público y El Universal. Ahora dirige el diario digital sinembargo.mx y es portador del Premio Planeta 2014 por su novela «Milena o el fémur más bello del mundo», que le ha ganado en Alemania y otros países europeos una sólida comunidad de lectores.

 

El también analista político tenía previsto llegar a Alemania para presentar su novela traducida al alemán «Los corruptores», que aborda la corrupción política en México. En el camino hacia Alemania el escritor quedó confinado en el sur de Francia bajo las medidas restrictivas impuestas por el Gobierno francés.

 

 

DW: México es percibido en Alemania como un país con un fuerte problema de corrupción política que llega hasta el sistema de Justicia, lo que explica la impunidad y la expansión de la criminalidad y del crimen organizado. ¿Cuál es su diagnóstico de la problemática y cómo presentaría usted la situación del país ante el público alemán?

 

Jorge Zepeda Patterson:Como una sociedad en dónde el cáncer de la corrupción, que ha adquirido un nivel de metástasis, ha penetrado muchos ámbitos de la sociedad mexicana. Comenzó con los cárteles de la droga pero éstos han ido poco a poco transitando hasta convertirse en mafias que penetran en la política y en muchas actividades económicas, algunas ilícitas, como el secuestro, la piratería, la extorsión y numerosas actividades legales e ilegales. En la política, sobre todo a nivel municipal y en ciertas regiones, lo han hecho haciéndose del control de muchos ámbitos. Esta escalada de la corrupción no solo es en los cárteles, por supuesto. La corrupción es un fenómeno y en eso López Obrador tiene un argumento válido, que nace de la colusión entre el poder político y la delincuencia, que data de muchas décadas, y ha ido en aumento. Parte del triunfo de López Obrador es la sensación en la población mexicana de que habíamos llegado a un extremo insostenible, en donde una clase política había convertido prácticamente el patrimonio público en Cosa Nostra, en una apropiación gremial por parte de la clase política. Esta corrupción está inmersa en prácticamente todos los procesos de la vida social en México y la tolerancia con la que se percibía la impunidad, que abarcaba la actividad bancaria, los juzgados, ni qué decir de las policías, hacían ya inviable a esta sociedad.

 

¿En qué medida esto lo inspiró a usted como escritor?

 

Yo empecé a escribir novelas después de 30 años de periodismo porque me di cuenta de que la corrupción es un problema complejo que no solo se resolvía con la exhibición de documentos periodísticos, sino también documentando un estado psicológico. Quería mostrar hasta qué punto representa una serie de valores que ya están en el ADN de muchos mexicanos, y en muchos usos y costumbres. En ese sentido, la literatura ofrecía la posibilidad de hacer un fresco en movimiento de cómo operan estos valores y de cómo todos formamos parte de la corrupción y nos hacemos cómplices pasivos o activos. Por ejemplo, un político mexicano no es alguien que se vea en el espejo en las mañanas y diga: «¡Caray, qué corrupto soy!» Él está convencido que si él tiene dos millones de dólares en el banco, otro en su lugar tendría seis millones. Cree que es un funcionario que trata de hacer su trabajo, pero se protege y hace lo mismo que todos los demás. De hecho, hay una frase clásica acuñada por Carlos Hank González, quien dijo «un político pobre es un pobre político» Él fue el fundador del grupo Atlacomulco de dónde salió Enrique Peña Nieto. Quiere decir que si hay un político pobre es porque fue un fracaso como político.

 

En 2006 el gobierno mexicano declaró la guerra al narcotráfico, lo que desató una ola de violencia nunca vista antes.

¿Qué tan difícil es para usted, como periodista y autor, internarse en estos temas, que aunque aborda usted como ficción, se inspiran en la realidad? ¿Ha recibido usted algún tipo de amenaza por su trabajo?

 

No como novelista, porque al final la ficción no lastima a nadie en particular. La ficción denuncia un estado de cosas pero lo que más molesta a un político evidentemente es ser exhibido en lo personal. Así que como novelista no he sido amenazado como, pero sí como periodista. Yo dirigí en Guadalajara un periódico que se llamaba Siglo XXI, un diario legendario y de investigación fundado a imagen y semejanza de El País en España, y ahí fui amenazado de muerte varias veces. Recibí amenazas de caciques locales; cualquier mención al crimen organizado es sumamente delicado. Al crimen organizado le molesta de los periodistas no las menciones de los capos, sino que se exhiba a los comandantes de la Policía, a los alcaldes que están bajo la nómina porque para ellos es una inversión que han hecho. Cuando un periódico se mete y exhibe a una autoridad que está vendida a los narcos, les molesta muchísimo.

 

El caso de Genaro García Luna ha supuesto un terremoto político y un escándalo ante los ojos de la población porque exhibe a un expresidente. ¿Qué consecuencias tendrá esto en la práctica política?

 

En términos de tribunales todo está por verse y puede suceder cualquier cosa. Desde las más espectaculares en el sentido de que, en el proceso que se lleva en Estados Unidos, Genaro presente evidencias de algún tipo de complicidad que implique a figuras más arriba, lo cual, en efecto, sería un tsunami político, particularmente porque las autoridades norteamericanas estarían fuera de toda sospecha de que actúan en interés de la política local. También podría suceder que Genaro llegue a arreglos, o que las pruebas sean insuficientes y el proceso termine con alguna penalización insignificante. Eso en lo judicial. Eso es imposible de predecir en este momento. En lo político, en cambio, está y seguirá dando una enorme factura política favorable al actual Gobierno, a pesar de que López Obrador haya cometido errores y de los muchos cuestionamientos. El drama para el ciudadano mexicano es que, incluso frente al descrédito que pueda tener López Obrador ahora y en los próximos meses, prácticamente no hay un referente hacia dónde voltear, porque las dos principales fuerzas políticas históricas, como son el PRI y el PAN, tienen como referente inmediato a Enrique Peña Nieto; el Gobierno priísta corrupto por antonomasia, en donde la corrupción llegó a niveles inéditos. Cada semana nos enteramos de un abuso, de cientos de miles de millones de pesos defraudados. Son uno o dos escándalos por mes.

 

¿No hay figuras creíbles en el actual escenario político mexicano?

 

Es casi insostenible decir repudio a López Obrador, pero volteo entonces hacia el PRI. El caso de Genaro García Luna deja muy en entredicho la opción del PAN, no que la cancele. No obstante, es una fuerte magulladura a la imagen del PAN, en el sentido de que esto confirma el enorme nivel de responsabilidad que tuvo el Gobierno calderonista en quizá la peor tragedia que vivimos: el desencadenamiento de esta guerra contra el crimen organizado que lleva 200.000 muertos. En resumen, el caso Genaro García Luna tiene un impacto político enorme porque le sigue dando a López Obrador en conjunto un argumento final para que muchos mexicanos digan: «Este presidente es pintoresco, o puede ser un ignorante en algo, pero no es el corrupto que nos acaba de dejar ni es aquél que pactó hipócritamente con los narcos provocando esta guerra absurda».

 

 

(PUBLICADO EL 20/05/2020 por Deutsche Welle que  es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas.9

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