Estudio indica que los microplásticos podrían afectar la fertilidad femenina
                BUENOS AIRES, ARGENTINA.– La exposición a microplásticos o partículas de menos de 5 mm provenientes de la descomposición de materiales plásticos podría tener impacto tóxico sobre la fertilidad femenina, afectando la maduración de los ovocitos en un modelo experimental que recreó las concentraciones que pueden llegar a alcanzar en fluidos humanos, señala un estudio presentado en el IV Congreso Anual de la Sociedad Argentina de Embriología Clínica (SAEC 2025), que tuvo lugar en esta ciudad el 18 y 19 de septiembre.
«Aunque aún no existen estudios epidemiológicos que confirmen una relación causal en mujeres y la infertilidad es multifactorial, estos resultados alertan sobre un posible riesgo, especialmente considerando que se han detectado microplásticos en líquido folicular humano, sangre y placenta», manifestó a Medscape en español la autora principal, Noelia Nikoloff, Ph. D., investigadora especialista en biotecnología de la reproducción y toxicología reproductiva del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Laboratorio de Reproducción de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), en Buenos Aires.
«Nuestros hallazgos indican un riesgo biológico posible, no una evidencia directa en humanos, pero los microplásticos podrían constituir un factor ambiental emergente y subestimado [como causal de infertilidad]», añadió otra autora, Ana Carranza-Martín, doctora en medicina veterinaria, investigadora del CONICET en la misma institución de Buenos Aires. [Nikoloff y Carranza-Martín comenzaron la investigación en el Instituto de Genética Veterinaria «Ing. Dulout» de la Universidad Nacional de La Plata, en La Plata, Argentina, donde ambas se desempeñaban].
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Emilio Gómez Sánchez, Ph. D.
Los microplásticos se encuentran en el ovario, al igual que en la mayoría de los órganos, aunque aún no se sabe con certeza si existe relación directa entre su presencia y la infertilidad, comentó a Medscape en español Emilio Gómez Sánchez, Ph. D., profesor de histología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia y director del Laboratorio de Embriología de Next Fertility, ambos en Murcia, España, quien no participó de la investigación.
«Estudios en animales de laboratorio expuestos a alta ingesta de microplásticos muestran reducción tanto en el número como en la calidad de los ovocitos y es muy probable que causen fenómenos inflamatorios y la consiguiente cascada de procesos, como la producción de especies reactivas de oxígeno, pero aún no disponemos de pruebas concluyentes de su efecto sobre la fertilidad», añadió Gómez Sánchez, quien en el último Congreso Anual de la European Society of Human Reproduction and Embryology (ESHRE), celebrado en julio pasado en París, Francia, reportó la presencia de microplásticos en muestras de fluido folicular de 69 % de mujeres y de fluido seminal en 55 % de hombres.
Los nuevos datos se suman a la creciente preocupación sobre la potencial «pesadilla epidemiológica» que representa la exposición humana a los microplásticos por inhalación, ingesta con alimentos y líquidos y absorción a través de la piel, dado que se agregan indicios de su ubicuidad en tejidos y su impacto sobre la estructura y función de las células. Estudios recientes los han vinculado con enfermedades tan diversas como cáncer, afecciones respiratorias, disfunción neurológica y eventos cardiovasculares.
Entre 2010 y 2022 la producción global de plásticos creció de 270 a 400,3 millones de toneladas métricas anuales y se proyecta que prácticamente la cifra podría triplicarse para 2050, observó Nikoloff en su presentación.
Resultados inquietantes
En el nuevo estudio argentino Nikoloff, Carranza-Martín y sus colaboradores usaron un modelo experimental bovino para estudiar el efecto de microplásticos de polietileno de 10 a 30 micrómetros en la maduración in vitro de ovocitos y el desarrollo embrionario posterior.
Los resultados fueron inquietantes: los microplásticos retrasaron la maduración nuclear del ovocito y redujeron hasta un tercio su contenido de mitocondrias en concentraciones de 0,5 y 1,5 µg/ml en el primer caso (p ≤0,05) y de 1,5 µg/ml en el segundo (p ≤0,05), lo que indica reducción de la competencia reproductiva de ese gameto. La concentración de 1,5 µg/ml es la que se proyecta que podría hallarse en el líquido folicular humano «considerando la estimación del incremento de microplásticos en el ambiente», apuntó Nikoloff.
Por otro tanto, cuando los ovocitos fueron utilizados en procedimientos de fecundación in vitro los embriones resultantes de aquellos expuestos a una concentración de microplásticos de 1,5 µg/ml mostraron reducción significativa en la tasa de clivaje y en la progresión al estadio de blastocisto en los días 7 y 8.
Según estudios en modelos animales, los microplásticos tienen la capacidad para inducir estrés oxidativo, alteraciones hormonales o daño celular, lo cual podría contribuir a disfunciones reproductivas.
Una posibilidad es que los microplásticos perjudiquen la función reproductiva por su presencia física en la matriz de los órganos, pero también porque pueden transportar y liberar plastificantes que actúan como disruptores endocrinos y afectan el equilibrio hormonal, comentó a Medscape en español Anabella Marconetto, máster en biología reproductiva, embrióloga clínica de Future Fertility, empresa de tecnología que promueve el uso de inteligencia artificial para evaluar la calidad de los óvulos.
«Todo lo que es exógeno en algún lugar va a parar… los microplásticos no tendrían que estar ahí», destacó Marconetto, que no participó del estudio y realiza su tesis doctoral sobre la presencia de disruptores endocrinos en el líquido folicular, cuyos resultados preliminares acaba de presentar en la XXVI Jornada de Investigación Científica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), en Córdoba, Argentina.
«Aún no se puede afirmar que los microplásticos sean causa directa de infertilidad, pero la evidencia experimental justifica ampliar la vigilancia y la investigación clínica. Diversos organismos, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya reconocen la necesidad de evaluar los efectos toxicológicos y endocrinos de estas partículas en la salud humana», subrayó Nikoloff.
La Dra. Andrea Quinteiro Retamar, ginecóloga especialista en medicina reproductiva del Centro CEGYR, en Buenos Aires, Argentina, indicó que el análisis del impacto de los microplásticos sobre la fertilidad femenina es un tema «muy interesante» que podría dar respuesta a determinado grupo de pacientes con mala calidad ovocitaria. «Pero es necesario evaluar el seguimiento de la investigación para poder darle aplicación clínica», señaló a Medscape en español.
Conductas prácticas
Mientras se confirman los efectos, especialistas aconsejan de forma precautoria tomar medidas que limiten la exposición a microplásticos. Nikoloff planteó la siguientes:
Evitar plásticos de un solo uso y envases alimentarios plásticos, especialmente al calentar comidas.
Utilizar botellas, tazas y utensilios de vidrio o acero inoxidable.
Preferir ropa de fibras naturales.
Evitar cosméticos o productos con microperlas plásticas.
Evitar consumir productos procesados y envasados en recipientes plásticos, elegir frutas y verduras frescas.
Respecto de aquellas personas que ya tengan niveles elevados de microplásticos en sus tejidos y órganos, es esperable que adoptar estas medidas reduzca progresivamente la carga corporal, «como ocurre con otros compuestos tóxicos, aunque no hay evidencia clara de que el organismo pueda eliminarlos completamente o sobre sus posibles efectos acumulativos a largo plazo», advirtió la investigadora.
Por su parte, Gómez Sánchez señaló que en la actualidad no existen guías clínicas específicas que aborden la exposición a microplásticos en el manejo de la infertilidad, principalmente porque la relación causal entre microplásticos y disfunción reproductiva no se ha demostrado de forma concluyente en humanos.
«Sin embargo, como recomendación general, es conveniente promover medidas de estilo de vida y ambientales que ayuden a minimizar la exposición a microplásticos, como reducir el uso de envases de plástico para almacenar y calentar alimentos, evitar el consumo de agua embotellada en botellas de plástico y limitar la ingesta de alimentos ultraprocesados, que tienden a contener mayores niveles de contaminación por microplásticos», comentó a Medscape en español.
Fecha de publicación lunes 3 de noviembre 2025/ Medscape por Matías A. Loewy
