Gana Trump, pierde el mundo

«Ahora es tiempo de sanar las divisiones», dice Donald Trump en su discurso de victoria
ESTADOS UNIDOS.— Comenzó pidiendo disculpas a sus seguidores «por hacerlos esperar» en esta «empresa tan complicada».
E inmediatamente después el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que acababa de recibir una llamada de «la secretaria Clinton», su contrincante demócrata.
«Nos felicitó, a todos nosotros, a nuestra victoria», dijo Trump, quien venció a la demócrata Hillary Clinton en las elecciones de este martes. «Y yo la felicité a ella y su familia por la campaña tan dura y difícil que luchó».
El republicano reconoció el «trabajo largo y duro» de Clinton y afirmó: «Le debemos una enorme gratitud por su servicio a nuestro país».
Trump fue elegido como 45 presidente de Estados Unidos en la culminación -que sorprendió a muchos- de una campaña que muchos calificaron de explosiva, populista y divisiva.
«Sanar divisiones»
Después de agradecer a su contrincante, el republicano dijo: «Ahora es tiempo de sanar las divisiones».
«A todos a lo largo y ancho de esta nación les digo que llegó el momento de unirnos en un solo pueblo».
Trump recordó lo que, aseguró, fue su promesa de campaña: «Les dije que sería presidente para todos los estadounidenses y esto es muy importante, principalmente para quienes optaron por no apoyarme, que fueron muchos».
«Les pido que nos juntemos a trabajar por nuestro gran país».
El magnate de bienes raíces, exestrella de la TV y novato de la política, que fue universalmente ridiculizado cuando declaró su candidatura en junio del año pasado, dijo que su victoria había sido «dura».
Y declaró que ahora su gobierno trabajaría «para reconstruir» el país «y renovar el sueño americano».
En su discurso de victoria Trump no hizo mención a una de las promesas por las que muchos de sus seguidores dijeron que habían votado: la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México.
Lo que dijo fue: «Quiero decirle al mundo que, aunque siempre pondremos primero los intereses de Estados Unidos, trataremos justamente con todos».
«Nos llevaremos muy bien con todas las naciones que quieran llevarse bien con nosotros».
Y agregó: «Buscaremos un terreno común, no la hostilidad».
Las consecuencias del triunfo de Donald Trump, el hombre que quiere cambiar el mundo como lo conocemos
Donald Trump dice que va a restaurar a Estados Unidos a su antigua tradición de grandeza.
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA.— Pero el presidente electo promete medidas que, de llegar a cumplirse, llevarán a su país a desempeñar un papel enteramente distinto al que ha cumplido en el pasado.
Esas medidas tienen el potencial de transformar profundamente varias reglas básicas de convivencia entre las naciones, en pie desde la Segunda Guerra Mundial.
Y de impactar la vida de todos nosotros en maneras que apenas empezamos a considerar, a pocas horas de conocerse el terremoto político más grande de la historia contemporánea estadounidense.
Trump es visto entre muchos de sus seguidores como una especie de Mesías. Sus contrincantes, en el mejor de los casos, lo ven como un charlatán. Un hombre cuya personalidad estrafalaria acaparó la atención de los medios, asfixiando la discusión de tantos otros asuntos más profundos y urgentes
Pero en medio de sus insultos, exabruptos y controversias ha anunciado una serie de medidas que ponen de cabeza a las instituciones de seguridad, de manejo económico y hasta las reglas culturales que han imperado en el mundo desde que Estados Unidos se convirtió en una superpotencia en 1945.
Para bien o para mal, Estados Unidos ha sido presentado por décadas como el paradigma de una nación democrática. Un ideal que se cumplió con más y menos intensidad en distintos momentos de su historia, pero que no obstante fue el rasero con el que se medía la devoción democrática de otros países. Y que sirvió de aliciente a que muchas otras naciones buscaran perfeccionar sus propias democracias.
Hoy esa devoción a la democracia tradicional en Estados Unidos enfrenta una crisis existencial por cuenta de la conducta de Trump. El presidente electo dijo que no aceptaría un resultado adverso en estas elecciones si llegase a perder. Ha amenazado una y otra vez con enviar a su derrotada contrincante Hillary Clinton a la cárcel.
Trump sostuvo que era la única persona capaz de salvar a Estados Unidos del desastre de unas instituciones a las que repetidamente acusó de corruptas. Y al votar por él, los estadounidenses han escogido un estilo de gobierno que para muchos recuerda al de mandatarios autoritarios de otras latitudes.
Por lo que muchos temen que un gobierno de Trump tendrá poco interés y menos aún autoridad para criticar o contrarrestar los abusos contra la democracia en otros países.
(Fecha de publicación 08112016)