Gas Natural Licuado, alternativa energética para la minería en zonas remotas de México

Pipas de tráiler. Imagen cortesía
CIUDAD DE MÉXICO. — Ante los altos costos ambientales y logísticos de algunos combustibles fósiles, el Gas Natural Licuado emerge como una solución estratégica para el sector minero nacional, especialmente en regiones sin red de gasoductos.
La minería representa uno de los sectores productivos más importantes para la economía mexicana. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), esta industria contribuyó con el 8.6% del Producto Interno Bruto (PIB) industrial y el 2.5% del PIB nacional en 2021, consolidándose como un pilar clave para el crecimiento económico del país. Sin embargo, gran parte de esta actividad se concentra en zonas remotas donde el acceso a infraestructura energética moderna, como la red nacional de gasoductos, es inexistente.
Estados como Sonora, Zacatecas, Chihuahua, Durango, Guerrero, San Luis Potosí, Hidalgo y Guanajuato se encuentran entre los principales empleadores del sector, según reportes de la Secretaría de Economía, lo que refleja la dimensión territorial del desafío energético.
En estas regiones, muchas minas continúan operando con combustóleo, un derivado del petróleo que ha sido durante años la fuente energética más usada, especialmente en zonas donde es limitada la disponibilidad de otras opciones con menor huella ambiental.
Ante este escenario, el Gas Natural Licuado (GNL) surge como una opción transitoria con menor impacto ambiental en comparación con otros combustibles. Este energético se obtiene al enfriar el gas natural a -162 grados, lo que permite transportarlo en estado líquido a través de camiones criogénicos a cualquier ubicación, sin importar que no haya conexión a ductos, por lo que su logística flexible lo convierte en una opción ideal para zonas de difícil acceso.
Apostando por esta solución; “Buscamos llevar energía más limpia y competitiva a donde la red de gasoductos no llega. El GNL permite a las minas mejorar su rentabilidad, reducir su huella ambiental y cumplir con los estándares internacionales”, afirma Caio Zapata, CEO de Énestas, empresa mexicana especializada en crear el acceso competitivo a materias primas y combustibles.
De acuerdo con estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (IEA), el uso de GNL puede reducir hasta un 30% las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) en comparación con otros combustibles fósiles, además de disminuir de forma significativa la emisión de partículas contaminantes y óxidos de nitrógeno.
La transición energética no es solo una tendencia global, sino también una necesidad alineada con los compromisos ambientales del país. De acuerdo con el Programa para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2024, publicado por la Secretaría de Energía, subraya la urgencia de reducir la dependencia de combustibles fósiles pesados y avanzar hacia una matriz energética más limpia y diversificada. En ese sentido, el GNL se presenta como un eslabón intermedio clave para avanzar hacia tecnologías aún más limpias.
México se encuentra en un punto de inflexión para acelerar su transición energética. Adoptar soluciones como el GNL en sectores estratégicos como la minería no solo mejoraría la competitividad del país, sino que también contribuiría a un desarrollo industrial más equilibrado, sustentable y con visión de largo plazo.
Fecha de publicación sábado 19 de julio de 2025