Jun 7, 2025

NOTAS SUELTAS.  Concierto de acordeones

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“Hechos, no palabras” (refrán latino).

La música suena en la oposición al gobierno del cambio con ánimo memorioso y reminiscente, con nostalgia de tango, con aire de milonga, que propone resistencia ante el hecho consumado, como si la mejor opción fuera reescribir la partitura del cambio, y que la transformación fuera llegar a ser su contrario.

La oposición a la reforma judicial parte de la necesidad de conservar lo ganado, a costa de bailar un zapateado sobre la ley suprema, sobre la legislación secundaria, sobre la credibilidad de un poder constitucional que forma parte sustancial e imprescindible de nuestro modelo federal. Es decir, defender lo que les da presencia en el juego de los poderes fácticos que parten el queso nacional “haiga sido como haiga sido” (Calderón dixit).

El horror al cambio, aunque este sea sólo en el orden de los factores, empieza por desconfiar de quienes son la voluntad y el músculo de las reformas e iniciativas legales por vía de sus representantes en el Congreso de la Unión, así que los acordeones, la línea, el guion a seguir se hace no sólo necesario sino imperativo porque las opciones son muchas y prácticamente desconocidas. Aquí entendemos por acordeón la línea precisa que orienta la acción por los cambios.

Si la reforma judicial fue por mandato popular, ¿necesitaba acarreos a favor o en contra, instrucciones precisas, sabotajes desde los órganos de promoción, vigilancia y legitimación del proceso electoral? ¿Necesitaba limitaciones a su publicidad y transparencia; reserva y condicionamiento respecto a las personas y sus trayectorias en medios de información?

Si la respuesta es no, ¿por qué se tiene la impresión de que el INE limitó las opciones y oportunidades de los aspirantes para “hacer campaña”? Parece que hubo disonancia entre el pensar, el decir y el hacer. El caso es que muchos posibles votantes (simpatizantes o no de la Cuarta Transformación), no tuvieron claro quiénes eran los aspirantes e, incluso, dónde debían acudir a votar.

Cabe decir que quizá no importaba tanto quiénes fueran los candidatos, sino simplemente no votar por las propuestas del Poder Judicial, siendo como lo fue el enemigo a vencer en esta lucha, es decir, la parte que debía cambiarse para avanzar en un proyecto nacional distinto al derrotado electoralmente en 2018 y 2024.

El arroz judicial se coció en medio de los nuevos “no se toca” tan queridos de la oposición una vez más derrotada, de los llamados a la intervención extranjera y los manoseos informativos con ánimos difamatorios hacia los personajes (¿y personajas?) que destacan en este evento.

Y es que Washington, de nueva cuenta, asoma la nariz y las orejas en los asuntos internos de la nación, escoba en mano, para atender el traspatio y dejarlo arreglado con la diligente presencia de su embajador militar de reconocida experiencia en eso del sicariato político y operativo transnacional a nombre de la buena vecindad y la cooperación bilateral.

¿La decisión soberana del pueblo de México de reformar el Poder Judicial y limpiar ese nido de corrupción afecta la “seguridad nacional” del Imperio? De ser así, es clara la naturaleza viciosa y perversa de su interés. La corrupción, se sabe, aceita la maquinaria del poder en “el otro lado”. Aquí, mientras tanto, los nuevos Miramones y Mejías se rasgan las vestiduras, marcha y vociferan, señalan los males del país y se regodean con la miseria que viene del pasado, del “liberalismo social” centrado en el mercado, en el individualismo echaleganista sin compromiso social, sin arraigo nacional, sin apego a la identidad que, entre todos, construimos y presentamos ante el mundo.

Mientras celebramos la expectativa del cambio, reconocemos que la justicia sigue siendo parcial, selectiva y tardada; que han pasado 16 años del incendio de la Guardería ABC, una subrogada por el IMSS calderonista, el mismo que reformó la Ley del ISSSTE en 2007 y que impulsó las cuentas individuales, vaciando de contenido y propósitos la seguridad social mexicana, ahora reducida a una farsa financiera transnacional, para jolgorio del empresariado neoliberal y el interés privado.

Hoy, el magisterio de la CNTE es la voz y el músculo de los trabajadores bajo la Ley del ISSSTE. Son los que reclaman el cumplimiento de una promesa política central en el gobierno del cambio, que fue su abrogación.

Los maestros exigen congruencia, respeto y transparencia. Señalan el absurdo gubernamental de declararse nacionalista y no luchar por la recuperación del espacio económico y político nacional. Señalan el ultraje neoliberal de pagar pensiones en UMA y no en salarios mínimos, y la falta de una política social anclada en las necesidades y valores nacionales, donde la educación, la salud y el empleo deben ser la constatación cotidiana de la seriedad del cambio.

Así pues, ¿cuál es la agenda real que obedece el país en este tiempo de mujeres? ¿Es el sistema económico pero con maquillaje y vestido con tonos rosados? ¿Libramos una batalla por la soberanía o solamente es la lucha por las palabras, los pronombres y la apariencia?

Lo cierto es que las familias de las víctimas ABC, los trabajadores afiliados al ISSSTE, los empresarios nacionalistas del sector industrial, comercial y de servicios esperan el relanzamiento de la república, una política industrial y de empleo propia, un sistema de justicia que, valga la expresión, les haga justicia.  La nación espera, y no precisamente sentada; sin acordeones, pero con ideas transformadoras que deben ser cumplidas.

http://jdarredondo.blogspot.com

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