Oct 31, 2025

NOTAS SUELTAS. Servicio de limpieza

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donaldo Trump-min

Archivo. Casa Blanca

“El asunto más básico no es qué es lo mejor, sino quién debe decidir qué es lo mejor” (Thomas Sowell).

 

 

En las relaciones internacionales es imposible dejar de hablar de ciertos elementos comunes. Hay lugares obvios en los que caen los acuerdos y expectativas de los países concurrentes y respuestas también obvias a los reclamos de ciertas naciones en medio o de cara a posibles conflictos, aunque, en pocas palabras, basta con ponerse en la ruta del trasero gringo para oler las futuras decisiones soberanas de ciertos países orbitales.

 

En el concierto de las naciones que saben chiflar corridos, el temor a la decepción del güero de las barras y las estrellas es una preocupación de alta importancia y magnitud que debemos afrontar con la frente en alto y con el mantra nacional de que no somos piñata de nadie, aunque sí pudiéramos ser un papalote debidamente acreditado en el Departamento de Estado y, en consecuencia, un socio y colaborador en las campañas morales del vecino.

 

La lucha contra el narcotráfico, fracasada por ser un juego de oferta y demanda en un mercado políticamente controlado, se transforma en antiterrorismo, lo que da lugar a fiestas marinas con fuego real y pirotecnia informativa, derrame masivo de acusaciones y amenazas imperiales que, desde luego, deberán ser desmentidas, relativizadas y empacadas para posterior uso diplomático.

 

Los videos de lanchitas pichurrientas volando por los aires da un toque justiciero y democrático a la pugna por el petróleo venezolano y, en general, el espacio caribeño en tiempos de la nueva guerra mundial por los recursos fósiles que siguen siendo estratégicos, a despecho de la limpieza ecológica y las nuevas y vendibles tecnologías ambientales del norte global.

 

El litio, las tierras raras y otros valiosos recursos naturales dan cuenta de cuán relativa es la estabilidad emocional del señor Trump, y cuán fácil es montar una guerra cuando se trata de actos de piratería cuya cobertura es la seguridad nacional. Así, lo que antes era simple y llana piratería, ahora es defensa nacional.

 

Y es que la disposición de lo ajeno que antes se llamaba robo, ahora reviste el carácter de gesta heroica, defensa de la nación, de la libertad, de la paz regional, entre otras bonitas expresiones de cuya falsedad el mundo es testigo… protegido.

 

Con un cinturón de cerca de 800 bases militares alrededor del mundo, con embajadas cuya función esencial es el espionaje, la corrupción y la desestabilización política de las naciones donde se establecen, EUA tiene amplia cobertura aceptada o admitida por el mundo, ahora identificado como víctima de abuso y dependencia de un psicópata naranja.

 

Nos encontramos con un país que no tiene por bastantes sus límites geográficos, recursos, cultura e identidad propias y se empeña en disponer y apropiarse de lo ajeno. Mientras que en un tramo de su desarrollo logró avances significativos en su desarrollo científico y tecnológico, pronto se dio a la tarea de superar las barreras de un crecimiento mediado por el desarrollo de sus propias fuerzas y se lanzó al empleo de mecanismos de presión, coacción, intervención y apropiamiento de recursos, productos, mentes y voluntades capaces de complementar las bases de un sueño imperial a golpe de cañones y dólares.

 

Ahora, EUA es un enorme parásito internacional que chupa la sustancia vital de un mundo que lucha por no perecer ante los avances de un depredador. La diversidad cultural, política y económica del planeta sufren los embates de la apropiación imperial, y su precarización.

 

Así como México, muchos países podrán negar su obscena dependencia con el norte, su carácter de traspatio, de satélites y cómplices. Pero la realidad es que mientras no exista capacidad para decir NO al imperio, la voluntad externa orientará su destino.

 

En nuestro caso, no será creíble la soberanía mientras la alimentación dependa del exterior, mientras el campo mexicano no produzca los alimentos necesarios y suficientes; No será creíble el desarrollo nacional mientras capitales, tecnología, maquinaria y equipo sean importados; no será creíble mientras la banca y la industria nacional sólo lo sea por estar establecida en territorio nacional, a la sombra de normas y acuerdos dictados por intereses y modelos extranjeros.

 

Durante la etapa de desmantelamiento del aparato productivo nacional con los gobiernos del Prian, se optó por comprar en vez de producir. Actualmente seguimos comprando, integrando la economía al extranjero y, sin rubor, el gobierno lo señala como un logro defendible en el marco del TLCAN, así como emprendiendo megaobras y proyectos que consoliden el modelo neoliberal contra o a espaldas del pueblo. Bien dicen que al que nace para tamal del cielo le caen las hojas.

 

Lamentablemente, seguimos justificando la insolencia y los ultrajes, los ninguneos, la imposición de reglas absurdas e indignantes, aparentando oposición, pero en los hechos concediendo. Seguimos la corriente dominante y mantenemos un perfil bajo, anodino y sin aristas en el concierto internacional y, cuando procede, servimos como servicio de limpieza del abuso imperial en aguas caribeñas.

 

Mientras que la mazorca de la hegemonía gringa se desgrana, nosotros seguimos empecinados en permanecer unidos, como traspatio bien portado, como país zombificado por el neoliberalismo cadavérico que huele a dependencia, atraso y subordinación. La puerta del BRICS está abierta. ¿Por qué no entramos?

 

http://jdarredondo.blogspot.com

 

Fecha de publicación viernes 31 de octubre de 2025

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