Pioneros en la tolerancia inmune periférica: quiénes son los científicos que reciben el Nobel de Medicina 2025

OSLO, NORUEGA. — El 6 de octubre de 2025, la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska anunció que el Premio Nobel de Fisiología o Medicina se otorga a Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi por sus descubrimientos fundamentales sobre la tolerancia inmune periférica, un mecanismo esencial que impide que el sistema inmune ataque los tejidos propios del cuerpo.
Este galardón, que incluye 11 millones de coronas suecas a compartir por igual, destaca cómo sus trabajos han revolucionado la comprensión de las enfermedades autoinmunes, el cáncer y los rechazos en trasplantes.
Según el comité, «sus descubrimientos han sido decisivos para entender cómo funciona el sistema inmune y por qué no todos desarrollamos graves enfermedades autoinmunes». Los laureados identificaron las células reguladoras T (Treg), descritas como «guardias de seguridad» del sistema inmune, y el gen FOXP3, que las controla, abriendo vías para tratamientos innovadores ahora en ensayos clínicos.
Mary E. Brunkow, nacida en 1961, obtuvo su doctorado en la Universidad de Princeton, Estados Unidos. Durante su carrera, trabajó en Celltech Chiroscience, una empresa biotecnológica en Bothell, Washington, enfocada en fármacos para enfermedades autoinmunes.
Actualmente, es Gerente Senior de Programas en el Institute for Systems Biology en Seattle. Su trayectoria se centra en la investigación molecular de inmunología, donde colaboró en estudios clave sobre mutaciones genéticas ligadas al cromosoma X que provocan desregulación inmune.
Fred Ramsdell, nacido en 1960 en Elmhurst, Illinois, se doctoró en 1987 en la Universidad de California, Los Ángeles. Con casi tres décadas de experiencia en biotecnología e inmunología, ha liderado programas de investigación colaborativos.
Anteriormente, fue director científico en el Parker Institute for Cancer Immunotherapy y ahora actúa como Asesor Científico en Sonoma Biotherapeutics en San Francisco, donde impulsa terapias basadas en células reguladoras para cáncer y autoinmunidad.
Shimon Sakaguchi, nacido en 1951, se graduó en Medicina en 1976 y obtuvo su doctorado en 1983 en la Universidad de Kioto, Japón. Es Profesor Distinguido en el Immunology Frontier Research Center de la Universidad de Osaka.
Pionero en inmunología, su trabajo en el Aichi Cancer Center Research Institute en Nagoya lo llevó a identificar mecanismos de tolerancia inmune. Ha recibido premios previos como el Crafoord por sus contribuciones a la comprensión de las Treg.
El descubrimiento que los llevó a recibir el Premio Nobel de Medicina
Los descubrimientos de estos científicos se remontan a experimentos en modelos animales que revelaron fallos en la regulación inmune. En los años 80, Sakaguchi, inspirado por estudios sobre la extirpación del timo en ratones neonatos —que inducía autoinmunidad si se realizaba después de tres días—, aisló subpoblaciones de células T de ratones genéticamente idénticos e inyectólas en ratones sin timo, observando protección contra enfermedades autoinmunes.
Tras una década de investigación, en 1995 publicó en *The Journal of Immunology* la existencia de una clase de células T CD4+ CD25+ que suprimen respuestas inmunes excesivas, desafiando la idea predominante de que la tolerancia inmune dependía solo del timo (tolerancia central). Estas células, ahora conocidas como reguladoras T, actúan en la periferia para prevenir ataques al «yo» del cuerpo.
Paralelamente, en los 90, Brunkow y Ramsdell, en Celltech Chiroscience, estudiaron la mutación «scurfy» en ratones machos, que causaba síntomas autoinmunes graves como piel escamosa, bazo y ganglios linfáticos inflamados, y muerte prematura, ligada al cromosoma X.
Usando técnicas de mapeo genético, acotaron la mutación a unos 500.000 nucleótidos e identificaron 20 genes candidatos. Tras años de biología molecular, en 2001 publicaron en *Nature Genetics* que la mutación afectaba al gen Foxp3, esencial para el desarrollo de las Treg. Ese mismo año, demostraron que mutaciones en el equivalente humano FOXP3 causan el síndrome IPEX (desregulación inmune, poliemdocrinopatía, enteropatía, ligado al X), una enfermedad fatal en humanos similar al scurfy.
El vínculo definitivo llegó en 2003, cuando Sakaguchi y colegas probaron que FOXP3 controla el desarrollo de las Treg, publicándolo en *Science*. Esto unió los hallazgos: las Treg de Sakaguchi dependen de FOXP3 para funcionar como supresoras, manteniendo la homeostasis inmune y previniendo autoinmunidad periférica. FOXP3 actúa como factor de transcripción maestro, expresado en 5-10% de células T CD4+ en ratones y 1-5% en humanos, regulando la tolerancia a antígenos propios, alérgenos y microbiota.
El impacto científico es profundo. Antes de estos trabajos, la tolerancia inmune se atribuía principalmente al timo; ahora, se reconoce la tolerancia periférica como clave para evitar que células inmunes «rebeldes» ataquen tejidos sanos. Esto ha impulsado terapias: en autoinmunidad (como diabetes tipo 1 o esclerosis múltiple), se buscan formas de potenciar Treg; en cáncer, se inhiben para que el inmune ataque tumores; y en trasplantes, se usan para prevenir rechazos.
Varios fármacos basados en Treg y FOXP3 están en fases clínicas, prometiendo avances en inmunoterapia. Sus descubrimientos no solo explican por qué la mayoría no sufre autoinmunidad crónica, sino que abren puertas a medicinas personalizadas, transformando el campo de la inmunología en las últimas dos décadas.
PUBLICADO EL 07 DE OCTUBRE DE 2025 Con información de AFP)