Pobreza en AL cede, pero desigualdad presiona sectores vulnerables: Cepal
SANTIAGO DE CHILE, CHILE. — La pobreza y pobreza extrema en América Latina y el Caribe ha tenido una tendencia a la baja en los últimos años, en una región marcada por una alta heterogeneidad y donde la desigualdad sigue presionando a los sectores más vulnerables, reveló este miércoles un estudio de la Cepal.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe reveló en su informe «Panorama social» un descenso tanto en la pobreza monetaria como en la multidimensional, que mide no solamente el nivel de ingresos, sino también el acceso a derechos como salud, educación, vivienda y trabajo.
«En 2024 25.5 por ciento de la población regional estaba en situación de pobreza (monetaria), lo que supone una disminución de 2.2 puntos porcentuales respecto de 2023 y de más de siete puntos porcentuales en comparación con 2020, por lo que alcanzó la tasa más baja registrada desde que hay registro comparable», apuntó el organismo de Naciones Unidas.
Por su parte, la pobreza extrema llegó a 9.8 por ciento en 2024, 0.7 puntos porcentuales menos que en 2023.
«La fuente que más impacto tuvo en las variaciones de la pobreza en todos los países, tanto en su reducción como en su aumento, fue el ingreso por trabajo asalariado», dijo.
En cuanto a la pobreza multidimensional, entre 2014 y 2024 se registró una caída de 34.4 a 20.9 por ciento, con la tendencia a la reducción interrumpida en 2020 debido a los efectos de la pandemia.
La heterogeneidad entre países se mantiene con una pobreza multidimensional en Guatemala, Honduras y El Salvador superior a 50 por ciento a 2024, mientras que en Chile, Costa Rica y Uruguay afecta a menos de 6 por ciento de la población.
«La mayoría de los países de América Latina y el Caribe enfrentan tres trampas del desarrollo que limitan la mejora del bienestar de su población: una de baja capacidad para crecer; otra de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social, y una tercera de bajas capacidades institucionales y de gobernanza poco efectiva», señaló la Cepal.
En la última década, la desigualdad de ingresos en la región es persistentemente más alta que la de los países de la OCDE. El organismo dijo que el índice de Gini promedio de América Latina y el Caribe es el más alto de todas las regiones del mundo, y solo inferior al África Subsahariana.
En cuatro de los cinco países que más redujeron la desigualdad entre 2021 y 2024, la mayor parte del avance de las mejoras distributivas se explica principalmente por el mercado laboral, pero que aún tiene una estructura «profundamente desigual».
«Aunque el aumento del nivel educativo debería traducirse en mayor participación, menor desocupación, mejores salarios y más acceso a empleos de calidad para todas las personas, esto no ocurre de manera equitativa, lo que afecta negativamente a grupos históricamente excluidos», dijo.
En tanto, la informalidad laboral afecta a casi la mitad de las personas ocupadas, especialmente a las mujeres, personas jóvenes y personas trabajadoras de menores ingresos, lo que se traduce en la falta de cobertura legal y de acceso efectivo a la protección social.
En 2024, 24 países de la región registraron un nivel de gasto social del gobierno central equivalente en promedio a 11.6 por ciento del PIB y 53.7 por ciento del gasto público total. Esta cifra revela una estabilización del gasto en los últimos años, tras la reducción desde los valores máximos observados en 2020 ocasionada por la pandemia de covid-19.
Entre los 17 países de América Latina, el valor promedio del gasto social del gobierno central por persona fue de mil 110 dólares en 2024, 53 dólares por debajo de su nivel más alto, alcanzado en 2022, pero 3 dólares por encima del registrado en 2023.
PUBLICADO EL 26 DE NOVIEMBRE DE 2025 Con información de Reuters)
