Abr 26, 2024

¿Qué tan malo es darle besos a la mascota?

0

Investigación de la Universidad Manuela Beltrán

BOGOTÁ, COLOMBIA. — Un estudio realizado a 20 mascotas, entre perros y gatos, dio una muestra de qué tan peligrosos pueden ser los microorganismos que se alojan en la boca de su mejor amigo.

Con el pasar del tiempo, las relaciones entre humanos y mascotas se han vuelto más estrechas y cercanas. Los animales de compañía han pasado a ocupar un lugar clave en el hogar y son considerados un miembro más de la familia. Esto ha generado que el trato y la interacción hacia ellos incluyan demostraciones típicas de amor como abrazos y besos.

Esto motivó a los investigadores de la Universidad Manuela Beltrán a hacer un análisis microbiólogo en la boca de perros y gatos, a fin de conocer cuáles son las bacterias que se encuentran en este lugar y si podrían representar un riesgo para los humanos.

El estudio consistió en un muestreo de la cavidad oral y de los recipientes de comida de veinte mascotas. Entre los resultados más significativos se encontró en el hocico de perros y gatos la presencia de enterobacterias (Escherichia coli y Gram negativas fermentadoras), llamadas así porque que viven normalmente en la flora intestinal de los animales de sangre caliente.

Además, en los recipientes de alimento, se encontraron bacterias (Staphylococcus aureus), que habitan normalmente en las mucosas de la piel. Pero no se trata de una cuestión animal, pues todos estos microorganismos también habitan en el cuerpo humano.

Según la microbióloga Andrea Cortés, docente del programa de Enfermería de la Universidad Manuela Beltrán, las enterobacterias pueden trasladarse desde la flora intestinal hasta el hocico del animal debido a los hábitos y patrones propios de la especie como, por ejemplo, el olfateo y la exploración de excremento cuando los sacan a pasear.

Pero ¿qué tan peligrosos son estos microorganismos para un tenedor de mascotas que fácilmente podría tener un contacto directo a través de besos o lengüetazos? La experta asegura que, normalmente, estas bacterias no causan enfermedades a las personas ni a los animales.

Sin embargo, el riesgo sí existe para aquellos que tengan el sistema inmune comprometido; es decir, que estén atravesando por procesos como quimioterapia, que tengan enfermedades como VIH, se hayan practicado trasplante de órganos, o cualquier situación pueda estar vulnerando su sistema inmunológico.

En estos casos específicos se recomienda prudencia en la relación física con la mascota y practicar una asepsia especial, ya que estas bacterias, como cualquier otra, pueden ser patógenas oportunistas y causar enfermedades aprovechando la vulnerabilidad del cuerpo.

“No se trata de estigmatizar a los animales, sino de entender que tener una mascota trae consigo hábitos responsables como el aseo general, de su cavidad oral, del sitio donde duerme y de los utensilios donde come. De esta forma es posible evitar que este tipo de microorganismos se propaguen y reducir al mínimo la posibilidad de que ocasionen alguna enfermedad tanto al humano, como al animal”, explica Cortés.

Para Enrique Zerda, biólogo especialista en comportamiento animal y profesor de la Universidad Nacional, todas las bacterias son peligrosas para una persona o animal que tenga las defensas bajas, entonces son muy específicos los casos en los que una mascota podría representar peligro para su cuidador. De hecho, afirma que pueden ser mucho más peligrosas las bacterias que se transfieren en los besos entre humanos.

Por otro lado, considera que es muy saludable, especialmente para los perros, permitirles que se comuniquen a través de los lengüetazos, ya que se trata de una forma de demostrar afecto y fortalecer la relación. “Recordemos que los perros son descendientes de lobos.  Son animales que viven en jauría, sociables por instinto y psicológicamente dependientes de los seres humanos. Ellos consideran que su dueño es su jauría y, en ese sentido, necesitan estar cerca de él, en contacto constante. Por eso, abandonar, aislar o encerrar por largos periodos a un perro es una forma de maltrato animal y causa daños significativos en su comportamiento”, afirma el docente.

Además, agregó que cuando un perro se encuentra con otro, una forma de reconocimiento es lamerse mutuamente la boca, un comportamiento típico de este animal, y lo mismo pasa con el humano.

Por eso, considera que darle un beso a la mascota o dejar que ellos saluden a lengüetazos, lejos de representar un riesgo, es importante para su estabilidad psicológica.

Finalmente, es importante aclarar que las bacterias encontradas en el estudio fueron las mismas tanto en mascotas que tenían pedigrí o como en mascotas que fueron adoptadas, lo que representa un parte de tranquilidad para aquellas personas que han abierto las puertas de sus hogares a perros y gatos que estuvieron abandonados en las calles.

PUBLICADO EL 07/12/2019)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.